Un guía no es ni debe
ser sólo un pozo de conocimientos o datos, sino alguien que, teniendo la
necesaria formación cultural, es capaz de transmitirla de manera clara y amena
basándose en las técnicas de la comunicación, armonizándola con una correcta
coordinación, a nivel práctico, de todos los elementos que intervienen en la
prestación del servicio turístico y considerando en todo momento la dinámica
más adecuada al grupo que asiste.
Los guías deben
ser grandes coordinadores, aunque además se les exija por el hecho de
estar en contacto con el público una actitud de servicio y
un nivel de idioma adecuado para poder desarrollar correctamente su
actividad.
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